Ileitis

Abstract

Animal production, conceived as an economic activity, is only possible if nutrition and health reach such a point of fullness that it allows production parameters to be achieved that make the farm a productive unit (Gowans, 2000). When microorganisms are in balance in the digestive tract, the maximum use of various nutrients is favored and the defense mechanisms that the animal needs to prevent infections and other intestinal diseases are stimulated. Achieving a good state of nutrition and health implies knowledge of digestive physiology and intestinal microbiology, remembering their interdependencies. So that through the intestinal flora it is possible to improve the transformation of food into livestock products and, conversely, some food components, and certain additives that accompany them, favor the proliferation of certain bacterial species of the intestinal flora. . (Dukes and Swenson, 1981). Accepting the interdependence of nutrition and health, it is understood that the administration of certain bacteria to young animals has the ultimate goal of directing or channeling the bacterial flora in such a way that the animal is the recipient of an additional beneficial effect. In general, it could be stated that the swine pathology of the 1990s has very little to do with that of 25 or 30 years ago. Some of the diseases that in the 1960s or 1970s were true scourges of pig farming have disappeared from our country and can be considered eradicated, as is the case with classical swine fever.

La producción animal, concebida como actividad económica, sólo es posible si la nutrición y la salud llegan a un punto tal de plenitud, que permita lograr parámetros productivos que hagan de la explotación una unidad con productividad (Gowans, 2000). Cuando los microorganismos se encuentran en el tracto digestivo en equilibrio se está favoreciendo de este modo el aprovechamiento máximo de diversos nutrientes y se estimulan los mecanismos de defensa que el animal precisa para la prevención de infecciones y otras enfermedades intestinales. Conseguir un buen estado de nutrición y salud significa implica del conocimiento de la fisiología digestiva y la microbiología intestinal, recordando las interdependencias de aquellas. De modo que a través de la flora intestinal sea posible mejorar la transformación de los alimentos en productos ganaderos y, a la inversa, algunos componentes de los alimentos, y ciertos aditivos que los acompañan, favorezcan la proliferación de determinadas especies bacterianas de la flora intestinal. (Dukes y Swenson, 1981). Aceptando la interdependencia nutrición y salud, se comprende que la administración de ciertas bacterias a los animales jóvenes tenga como fin último dirigir o encauzar la flora bacteriana en tal sentido que el animal sea receptor de un efecto benéfico adicional. De modo general podría afirmarse que la patología porcina de los años 90 tiene muy poco que ver con la de hace 25 ó 30 años. Algunas de las enfermedades que en los años 60 ó 70 constituían verdaderos azotes de la porcicultura han desaparecido de nuestro país y se pueden considerar erradicadas, como es el caso de lo ocurrido con la peste porcina clásica.