Diseño y construcción de una incubadora casera para huevo de gallina

Abstract

The artificial incubation of bird eggs is not, even remotely speaking, a new concept or a new technique, it is a very common practice among people who have any activity related to the management of birds, whether it is the fan of breeding of ornamental birds, the small-scale producer of turkeys for meat production or those that have fighting cocks, as well as the large commercial producers of poultry for food or eggs or researchers in the poultry area, in short, everyone benefits from artificial incubation procedures. The Egyptians and Chinese are responsible for having started the incubation thousand years BC. At present, humanity has become increasingly knowledgeable and expert in the exercise of this activity. It was the advent of thermostats capable of measuring and regulating temperature accurately and reliably, which allowed the development of modern incubators today. However, to access the benefits of artificial incubation, it is necessary to have specialized equipment, an incubator, which maintains the necessary conditions under control to carry out the embryonic development of the birds. Generally, the suppliers of this equipment are transnational companies or small national companies that obtain disproportionate profits from the construction and sale of the incubators, which ultimately results in an additional cost to the production process and reduces the economy of the producer, mainly the small producer. . In this sense, the small producer can be affected in two ways: either the cost of the equipment increases production costs or the equipment is inaccessible to him, due to the cost or due to ignorance of the technology and the benefits that brings with it.

La incubación artificial de huevos de aves, no es ni remotamente hablando, un nuevo concepto o una nueva técnica, es una práctica de uso muy común entre las personas que tienen alguna actividad relacionada con el manejo de las aves, ya sea el aficionado a la cría de aves de ornato, el productor a pequeña escala de guajolotes para la producción de carne o aquellos que tienen gallos de pelea, así como los grandes productores comerciales de aves para plato o huevo o los investigadores del área avícola, en fin todo mundo se beneficia de los procedimientos de la incubación artificial. Los egipcios y chinos son responsables de haber iniciado la incubación mil años A.C. En la actualidad la humanidad se ha vuelto cada vez más conocedora y experta en el ejercicio de esta actividad. Fue el advenimiento de termostatos capaces de medir y regular la temperatura con precisión y confiabilidad, lo que permitió en nuestros días el desarrollo de las incubadoras modernas. No obstante, para acceder a los beneficios de la incubación artificial es necesario contar con un equipo especializado, una incubadora, que mantenga bajo control las condiciones necesarias para llevar a buen término el desarrollo embrionario de las aves. Generalmente los proveedores de este equipo son compañías transnacionales o bien pequeñas compañías nacionales que obtienen ganancias desproporcionales por la construcción y venta de las incubadoras, lo que finalmente redunda en un costo adicional al proceso de producción y merma la economía del productor, principalmente del pequeño productor. En este sentido, el pequeño productor se puede ver afectado de dos maneras: ya sea que el costo del equipo incremente los costos de producción o bien que el equipo sea inaccesible para él, por el costo o por desconocimiento de la tecnología y los beneficios que trae consigo.