Catálogo documental. Actas de capitulares del Archivo Histórico de la Catedral de Morelia, libro 11 (1679-1683).

Abstract

The beginnings of the Bishopric of Michoacán date from February 20, 1534 when the Crown issued the royal decree that ordered the ecclesiastical division of the New Spain territory into four bishoprics, the Province of Michoacán remained as one of the distinguished regions with that privilege. From the end of 1533, Father Fray Luís de Fuensálida – one of the first twelve Franciscans who came to New Spain – was presented as bishop of Michoacán, but he renounced such high dignity and preferred to continue dealing with the conversion of the natives as a missionary and Guardian of the Texcoco convent. On July 30, 1535, the Second Court determined to indicate the territorial terms, in accordance with the 1534 document that ordered that only 15 leagues be counted around the headquarters, they proceeded to establish their initial markers in the towns of Taximaroa, Maravatío, Yuriariapúndaro, Puruándiro, Tlazazalca, Jacona, Arantza, Peribán, Tancítaro, La Huacana and Tuzantla. This first demarcation was made without precise knowledge of the territorial magnitude, which would later cause problems with the Bishopric of Mexico and Guadalajara. The Bishopric of Michoacán would remain for most of the colonial era, covering the territory of the current states of Michoacán, Guanajuato, Colima, parts of Jalisco, Guerrero and San Luis Potosí, as well as the resignation of other possible candidates for bishop such as Fray Jorge of Ávila, seems to have been the cause that motivated the Council of the Indies to propose a person who was not a friar. In a letter of December 5, 1535, the formal presentation to the King of Spain of the lawyer Vasco de Quiroga for bishop of Michoacán is mad

Los inicios del Obispado de Michoacán datan del 20 de febrero de 1534 cuando la Corona expidió la real cédula que ordenó la división eclesiástica del territorio novohispano en cuatro obispados, la Provincia de Michoacán quedó como una de las regiones distinguidas con ese privilegio. Desde fines de 1533, fue presentado para obispo de Michoacán el padre fray Luís de Fuensálida – uno de los doce primeros franciscanos que vinieron a Nueva España- pero este renunció a tan alta dignidad y prefirió seguir ocupándose de la conversión de los naturales como misionero y guardián del convento de Texcoco. El 30 de julio de 1535, la Segunda Audiencia determinó señalar los términos territoriales, de acuerdo con la cédula de 1534 que ordenaba que solo se contaran 15 leguas en torno a la sede, se procedió a establecer sus mojoneras iniciales en los pueblos de Taximaroa, Maravatío, Yuriariapúndaro, Puruándiro, Tlazazalca, Jacona, Arantza, Peribán, Tancítaro, La Huacana y Tuzantla. Esta primera demarcación se hizo sin el conocimiento preciso de la magnitud territorial lo que después ocasionaría problemas con el Obispado de México y de Guadalajara. El Obispado de Michoacán se mantendría la mayor parte de la época colonial abarcando el territorio de los actuales estados de Michoacán, Guanajuato, Colima, partes de Jalisco, Guerrero y San Luís Potosí, así mismo la renuncia de otros posibles candidatos para obispo como fray Jorge de Ávila, parece haber sido la causa que motivo al Consejo de Indias para proponer a una persona que no fuera fraile. En una carta de 5 de diciembre de 1535 se hace la presentación formal al rey de España del licenciado Vasco de Quiroga para obispo de Michoacán.