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Título : La construcción del estereotipo de la mujer indígena-rural en las películas de Emilio “Indio” Fernández de 1945-1948
Autor : Sánchez Martínez, Lorena
Asesor: Bobadilla González, Leticia
Palabras clave : info:eu-repo/classification/cti/4
FH-L-2012-0263
Mujer
Indígena
Cine mexicano
Emilio Fernández
Fecha de publicación : ago-2012
Editorial : Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo
Resumen : Doña Ignacia was a woman with a strong temperament, rude and occasionally rude, she always wore colorful dresses, since she considered that the use of pants was exclusive for men, her hairstyle was made up of two long braids that reached her waist. . Doña Ignacia was my paternal grandmother, with whom I lived most of my childhood because my parents left me in her care. Life with my grandmother was not entirely good but, without a doubt, it left me a great teaching, at least in the culinary art. I remember that from a very young age she would take me to the kitchen where I would sit on a chair near the table and she would say to me: "Look closely at how this is prepared, because when you grow up you will have to prepare good food for your husband, I don't want you to They are going to return because they don't know how to cook, because nowadays most women have become useless with the fact that they already buy everything ready-made, what's more, they don't know how to cook an egg, even the water burns! that's why mija you have to learn how to cook, wash and keep the home clean, because those are the things that a woman should always know”. My grandmother's words at that moment terrified me, because I thought that when I was an adult, I had to do and remember many things to keep the home and prevent my husband from returning to me. However, the cooking sessions with Grandma weren't all bad, because although she had to practically memorize the ingredients of a dish, she had the privilege of being the first to try them.
Doña Ignacia era una mujer de temperamento fuerte, tosco y de vez en cuando grosero, siempre traía puestos vestidos coloridos, pues consideraba que el uso del pantalón era exclusivo para los hombres, su peinado estaba conformado por dos largas trenzas que le llegaban hasta la cintura. Doña Ignacia era mi abuela paterna, con la cual viví la mayor parte de mi infancia debido a que mis padres me dejaban a su cuidado. La vida con mi abuela no era del todo buena pero, sin duda, me dejó una gran enseñanza al menos en el arte culinario. Recuerdo que desde muy pequeña me llevaba a la cocina en donde me sentaba en una silla cerca de la mesa y me decía: “fíjate bien como se prepara esto, porque cuando seas grande tendrás que prepararle buena comida a tu esposo, no quiero que te vayan a devolver por no saber cocinar, pues en la actualidad la mayoría de las mujeres se han vuelto unas inútiles con eso de que ya compran todo hecho, es más, no saben cómo cocinar un huevo, ¡hasta el agua se les quema!, por eso mija tu tienes que aprender como cocinar, lavar y mantener limpio el hogar, pues esas son las cosas que una mujer debe de saber siempre”. Las palabras de mi abuela en ese momento me aterraban, pues pensaba que cuando fuera adulta, tenía que hacer y recordar muchas cosas para mantener el hogar y evitar que mi esposo me regresara. Sin embargo, no eran del todo malas las sesiones de cocina con la Abue, pues aunque tenía que memorizar prácticamente los ingredientes de un platillo, tenía el privilegio de ser la primera en probarlos.
Descripción : Facultad de Historia. Licenciatura en Historia
URI : http://bibliotecavirtual.dgb.umich.mx:8083/xmlui/handle/DGB_UMICH/13799
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