Morelia 1940-1960: una nueva arquitectura doméstica

Abstract

When it comes to telling the story, usually to large allusion it is made events, the admirable facts, as if they were the only determinants in the life of man over time. However, they are small events that weave slowly true story of man; are the ones giving rise to those great feats, known to all. Cotidianidades are those that make the future of man, leading to great events that mark the course of history. As mentioned Henri Lefebvre, "ordinary life seemed to wrap it extraordinary from the everyday was the same every day." This situation seems to be repeated in all fields of culture and the environment surrounds the history of man. Such is the case of architecture, where the history it has been mostly focused on the study of the construction of large buildings, as if they were absolute representations of ideology, the thought or ways of life of a society. It has neglected the study of other spaces not as grandiose but equally representative, or even more, of the society that inhabits; those spaces containing small interweaving stories that go every day, and occasionally end in extraordinary events.

Cuando se trata de contar la historia, generalmente se hace alusión a los grandes acontecimientos, a los hechos admirables, como si éstos fueran los únicos determinantes en la vida del hombre a lo largo del tiempo. Sin embargo, son los pequeños sucesos los que van tejiendo poco a poco la verdadera historia del hombre; son los que van dando lugar a aquellas grandes hazañas, conocidas por todos. Son las cotidianidades las que conforman al devenir del hombre, dando lugar a fenómenos grandiosos que marcan el rumbo de la historia. Como menciona Henri Lefébvre, “la vida ordinaria parecía la envoltura de lo extraordinario de lo cotidiano era la cotidianidad misma.” Esta situación pareciera repetirse en todos los ámbitos de la cultura y del entorno que rodea la historia del hombre. Tal es el caso de la arquitectura, donde la historia de la misma se ha enfocado mayormente al estudio de la construcción de los grandes edificios, como si éstos fueran representaciones absolutas de la ideología, del pensamiento o de las formas de vida de una sociedad. Se ha dejado de lado el estudio de otros espacios no tan grandiosos pero igualmente representativos, o incluso más, de la sociedad que los habita; espacios que contienen aquellas pequeñas historias que se van entretejiendo día a día, y ocasionalmente terminan en acontecimientos extraordinarios.