Los migrantes y sus derechos humanos

Abstract

Migration is not an easy type to address, much less try to limit it. Mexicans will continue to emigrate to the United States as long as there is a favorable wage difference; migration is a rational individual decision that allows for greater economic income. The government of Mexico must reorient its public policy on the matter, so it sees the United States, based on international Humanitarian Law, promoting intonational cooperation for development in emitting and developing countries and thus can contribute to reducing the factors that promote migration. However, the United States does not show any interest in addressing the issue of migration on a bilateral agenda with Mexico since it considers that they are issues of interna! organization of each State. Therefore, it is important to specify that regarding the specific issue of labor migration, the United States has not signed the lnternational Convention on the Protection of the Rights of All Migrant Workers and Their Families, this allows it to evade discussion of the issue and address it only from the perspective of their own economic interests and manpower needs in certain fields of the economy. Thus, the ideal on the issue of migratory flows would be a migration agreement between both countries. In the absence of a migration agreement and the restriction on legal migration, Mexican immigrants will continue to be undocumented and will continue to rely on transnational communities that link the place of origin with the place of destination. For this reason, migration policy should be part of the national development model of countries that eminently expel population, which is why a new migration policy is essential.

La migración no es un tema fácil de abordar y mucho menos pretender limitarlo. Los mexicanos seguirán emigrando a Estados Unidos mientras exista una diferencia salarial favorable, la migración es una decisión racional individual que permite mayores ingresos económicos. El gobierno de México debe reorientar su política pública en la materia, por lo que ve a Estados Unidos con base en el Derecho Internacional Humanitario fomentar la cooperación internacional para el desarrollo en los países emisores y en vías de desarrollo y así puedan contribuir a que disminuyan los factores que propician la migración. No obstante Estados Unidos no muestra interés alguno en abordar el tema de la migración en una agenda bilateral con México ya que considera que son temas de organización interna de cada Estado. Por tal es importante precisar que, respecto al tema específico de la migración laboral, Estados Unidos no ha firmado la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familias, esto le permite evadir la discusión del tema y abordarlo solamente desde la perspectiva de sus propios intereses económicos y necesidades de mano de obra en ciertos campos de la economía. Es así que, lo ideal en el tema de los flujos migratorios, sería un acuerdo migratorio entre ambos países. Ante la falta de un acuerdo migratorio y la restricción a la migración legal, los migrantes irregulares mexicanos continuarán siendo indocumentados y seguirán apoyándose en las comunidades transnacionales que vinculan al lugar de origen con el lugar de destino. Por ello la política migratoria debería formar parte del modelo de desarrollo nacional de los países eminentemente expulsores de población, por lo que es imperante una nueva política migratoria.