La crisis de la prisión, consecuencia de la inequidad y decadencia del estado contemporáneo

Abstract

The thesis proposed is the result of a research project, but above all, is the culmination of a series of investigations that resulted in several theses throughout my graduate studies, all around the same theme. Since the first of the works, which more accurately to juvenile offenders and criminal old, who was then 16 years in this state it was concerned, but that somehow referred to the presence of children under 18 years in the country's prisons; until the last, which already refers to reforms to criminal law, but focused on it, to which referred to the prison crisis and the proposed figure of Judge prison supervision, all focused on the prison problem . This concern is recognized, it was due to the personal experience of having been in charge of prisons, as well as the experience of having known direct family history, the stage of the boom in Mexican penitentiary usage. However, despite being right that more evident with respect to the prison crisis, and the well-known truth, but no less deplorable reality of prisons currently lacking, our way of seeing , to find the real cause of this crisis. And if we say that there is a real cause, deeper than the already well known, concerning corruption, lack of economic resources, explosion of crime on quota in the prisons, growth of organized crime, etc., is because it is not possible to believe that these are the real causes, or only when the deterioration of the prison system is global, or at least in the western area, -because we can not comment on other planes where, surely, there has not been even one modern- penological concept.

La tesis que se propone es el resultado de un trabajo de investigación, pero sobre todo, es el colofón de una serie de investigaciones que resultaron en diversas tesinas a lo largo de mis estudios de postgrado, todas ellas en torno del mismo tema. Desde el primero de los trabajos, que para ser más exactos se refirió a los menores infractores y la edad penal, que entonces era de 16 años en esta entidad federativa, pero que de alguna manera hacía referencia a la presencia de los menores de 18 años en las prisiones del país; hasta el último, que se refiere ya a las reformas al derecho penal, pero enfocado a la pena, pasando por los que se refirieron a la crisis penitenciaria y a la propuesta de la figura del Juez de Vigilancia Penitenciaria, todos se enfocaron a la problemática penitenciaria. Esa inquietud, es reconocerse, se debió a la experiencia personal de haber estado al frente de instituciones penitenciarias, así como a la vivencia de haber conocido por antecedentes familiares directos, la etapa del auge del penitenciarismo mexicano. Sin embargo, no obstante de estar en lo cierto de esa verdad más que evidente respecto de la crisis penitenciaria, y de la muy conocida, pero no por ello menos deplorable realidad de los establecimientos penitenciarios en la actualidad, faltaba, a nuestra forma de ver, encontrar la verdadera causa de tal crisis. Y si afirmamos que existe una verdadera causa, más profunda que las ya muy conocidas, referentes a la corrupción, falta de recursos económicos, explosión de la criminalidad, sobre cupo en las prisiones, crecimiento del crimen organizado, etc., es porque no es posible creer que esas sean las verdaderas causas, o las únicas, cuando el deterioro del sistema penitenciario es mundial, o al menos en el ámbito occidental, -porque no podemos opinar de otros planos en donde, con toda seguridad, no ha existido ni siquiera un concepto penológico moderno-.