Currently, the role played by pets in many families is that of one more member that is accepted in it, where they form an important bond of affection and emotional support for people. This has led to seeing dogs as special beings, and with an emotional complexity that goes beyond the mere fact that they have a house and food. This is reflected in the fact that owners are concerned and demand better medical care for their pets (Barajas, 2005). Since ancient times, in the times of Hippocrates and Galen, the first steps were taken in the fight against pain with the use of soporific sponges. In 1875, the first monograph on intravenous (IV) anesthesia was published by Pierr-Cyprien Ore, who conducted research with chloral hydrate initially in animals and later in humans (Montoya, 2007). The use of tranquilizers and sedatives in Veterinary Medicine facilitate containment, improving handling, clinical examinations, minor surgical interventions and handling in animals, in addition to their wide use as premedication agents before the induction of general anesthesia, which which allows patients to be calmer, apply fewer doses of anesthetics, with better analgesia and better recovery from anesthesia. However, the use of sedating preanesthetics can have undesirable effects on the cardiovascular, nervous, renal, and respiratory systems, so animals undergoing sedation should be monitored. Caution should be exercised in animals with precarious health status, young and geriatric animals, or in case of cardiovascular, renal, hepatic or pancreatic disease, as well as in animals suffering from respiratory dysfunction.
En la actualidad, el papel que representan las mascotas en muchas familias es el de un miembro más que es aceptado en la misma, donde llegan a formar un importante vínculo afectivo y de apoyo emocional para las personas. Esto ha propiciado el contemplar a los perros como seres especiales, y de una complejidad emocional que rebasa el solo hecho de que cuenten con casa y comida. Esto se refleja en que los propietarios se preocupen y exijan una mejor atención médica a sus mascotas (Barajas, 2005). Ya desde la antigüedad, en tiempos de Hipócrates y Galeno se dieron los primeros pasos en la lucha contra el dolor con el uso de las esponjas soporíferas. En el año de 1875 se publicó la primera monografía sobre anestesia intravenosa (IV) por Pierr-Cyprien Ore, quién realizó investigaciones con hidrato de cloral inicialmente en animales y luego en humanos (Montoya, 2007). El uso de tranquilizantes y sedantes en Medicina Veterinaria facilitan la contención, mejorando el manejo, la realización de exámenes clínicos, intervenciones quirúrgicas menores y manipulaciones en animales, además de su amplio uso como agentes de premedicación antes de la inducción de la anestesia general, lo que permite tener a los pacientes más tranquilos, aplicar menos dosis de anestésicos, con mejor analgesia y una mejor recuperación de la anestesia. Sin embargo, el uso de preanestésicos sedantes puede tener efectos indeseables en los sistemas cardiovascular, nervioso, renal y respiratorio, por lo que debe monitorearse a los animales sometidos a sedación. Debe tenerse precaución en animales con un estado de salud precario, animales jóvenes y geriátricos, o bien en caso de presentar enfermedad cardiovascular, renal, hepática o pancreática, así como en animales que padecen de disfunción respiratoria.