Bovine paralytic rabies remains a major priority disease in the world and the country thus causing economic losses to domestic livestock, by increasingly frequent occurrence of infection to humans through bites from vampire bats, transmitters of this disease, becoming both a problem of animal health and public health (Calderon, 2005). Vampire bats (also known as vampires) are primarily responsible for outbreaks of rabies in cattle and humans in the wild cycle, infecting man and cattle when fed him sucking his blood (Benavides, 2007). Each year die from the disease more than 55,000 people, mainly in Asia and Africa (WHO, 2012). The serious problem of bovine rabies affecting livestock in Latin American countries is due to hematophagous bat who should have the disease, inoculate the virus excreted in saliva (Crespo, 2006). In Latin America is considered to die from rabies annually between 500 000 and 1 million cattle (which could represent more than 1 to 5 billion pesos). This figure could be higher if we take into account that the number of cases reported in some areas is 1 to 60% of cases occurred. In Mexico are estimated annual losses of up to 100 000 head. There are other losses that are directly or indirectly caused by vampires, such as blood loss, screwworm and secondary wound infections, drugs for them, bird mortality by blood bleeding, depreciation of skins, and other (Correa, 1981). The losses on public health are more difficult to calculate, if one takes into account that the value of a human life would be impossible to estimate (Correa, 1981).
La rabia paralítica bovina sigue siendo una enfermedad de atención prioritaria en el mundo y el país tanto por las pérdidas económicas que provoca a la ganadería nacional, por cada vez más frecuente presentación de infección a humanos, a través de mordeduras de murciélagos hematófagos, importantes transmisores de esta enfermedad, convirtiéndose tanto en un problema de salud animal como de salud pública (Calderón, 2005). Los murciélagos hematófagos (conocidos también como vampiros) son los principales responsables de los brotes de rabia en bovinos y en humanos en el ciclo silvestre, infectando al hombre y al bovino cuando se alimentan de él succionando su sangre (Benavides, 2007). Cada año mueren por esta enfermedad más de 55.000 personas, principalmente en Asia y África (OMS, 2012). El serio problema de rabia bovina que afecta a la ganadería de los países latinoamericanos es debido al murciélago hematófago quien en caso de padecer la enfermedad, inocula al virus que excreta en la saliva (Crespo, 2006). Se considera que en Latinoamérica anualmente mueren de rabia entre 500, 000 y 1 000 000 de bovinos (lo que podría representar más de 1 a 5 mil millones de pesos mexicanos). Esta cifra podría ser mayor, si se toma en cuenta que el número de casos reportados en algunas áreas es del 1 al 60% de los casos ocurrido. En México se han calculado pérdidas anuales hasta de 100 000 cabezas. Además hay otras pérdidas que son causadas directa o indirectamente por los vampiros, tales como: pérdida de sangre, miasis e infecciones secundarias en las heridas, medicamentos para las mismas, mortalidad de aves por hemorragias sanguíneas, depreciación de pieles, y otras (Correa, 1981). Las pérdidas por concepto de salud pública son más difíciles de calcular, si se toma en cuenta que el valor de una vida humana sería imposible de estimar (Correa, 1981).
