The period comprising the Restored Republic represented for Mexico the culmination of a stage of military invasion by countries as powerful as France, Spain and the United States. But this is not the end of a political and social struggle that left the nation immersed in the sway of internal struggles led by liberals and conservatives. After a long armed struggle that, among other things, implied the pilgrimage of a group of people who represented a government apparatus that tried to administer the country submerged in political, economic and social disorders, it culminated in the triumph of Benito Juárez and his entry into the Mexico City on July 17, 1867. However, the task that awaited them was not easy; Reconstructing a country that had been almost devastated by the war implied a reorganization along the three fundamental lines: economy, politics, and society. To understand the first of them, let's remember that from the beginning agriculture in Mexico was limited to the production of corn, beans and chili; almost unique food of the lower class. Wheat, barley, rice, potato, broad bean, chickpea, pea, lentil, maguey, nopal, sugar cane, cocoa, coffee, among other varieties, were also planted, although on a smaller scale; although really the production obeyed practically to the consumption of its inhabitants. Regarding the industry, the reality was very harsh, it almost did not exist at the national level, except for the textile industry that had been established, albeit precariously, but as always; It had no development due to the lack of transportation, among other reasons, the lack of preparation of the workers, the excessive taxes such as alcabalas, and the lack of capital to improve equipment and increase production.
El periodo que comprende la República Restaurada representó para México la culminación de una etapa de invasión militar por países tan poderosos como Francia, España y Estados Unidos. Pero no por ello el fin de una lucha política y social que dejó a la nación inmersa en el vaivén de las pugnas internas encabezadas por liberales y conservadores. Después de una larga lucha armada que entre otras cosas implicó el peregrinar de un grupo de personas que representaban un aparato gubernamental que pretendía administrar al país sumergido en desórdenes políticos, económicos y sociales, ésta culmina con el triunfo de Benito Juárez y su entrada a la ciudad de México el 17 de julio de 1867. Sin embargo la tarea que les esperaba no era nada fácil; el reconstruir a un país que había sido casi desbastado por la guerra implicaba una reorganización en las tres líneas fundamentales: economía, política y sociedad. Para comprender la primera de ellas recordemos que de entrada la agricultura en México se limitaba a la producción de maíz, frijol y chile; alimento casi único de la clase baja. También se sembraban aunque en menor escala trigo, cebada, arroz, papa, haba, garbanzo, chícharo, lenteja, maguey, nopal, caña de azúcar, cacao, café, entre otras variedades; aunque realmente la producción obedecía prácticamente al consumo de sus habitantes. Respecto a la industria, la realidad era muy dura, casi no existía a nivel nacional, salvo por la textil que se había establecido aunque de forma precaria pero como siempre; no tenía desarrollo por la falta del transporte entre otras razones, la falta de preparación de los obreros, los excesivos impuestos como las alcabalas, y la carencia de capitales para mejorar el equipo y aumentar la producción.