As a result of the incorporation of women into working life in the revolutionary years, new horizons were opened that would renew female educational expectations; The years after 1910 were characterized by the constant struggles of various factions that sought to comply with the social demands that had emerged during the armed movement. This work was undertaken with determination by Generals Gertrudis G. Sánchez and Alfredo Elizondo, who with his government policies favored the interests of the popular masses. In the educational field, he highlighted the promulgation of several laws tending to reorganize the public education system, and others that gave life to some educational centers dedicated to women. Such were the cases of the Normal School for female teachers established in 1915 and the Industrial School for Young Ladies in 1916. The development of the economy gradually modified the composition of society, thereby reflecting a new vision of the role that women should perform in public spheres. The adaptation to these new stages promoted the participation of women in the means of production of the textile and commercial industry, and although their work was low paid, the expansion in labor services allowed the female population to be trained within the educational system but in areas that, according to the sociocultural environment, were designated according to their gender. Therefore, their development in public administration and in professional level studies was minority or even null.
A raíz de la incorporación de la mujer a la vida laboral en los años revolucionarios, se abrieron nuevos horizontes que renovarían las expectativas educativas femeninas; los años posteriores a 1910, se caracterizaron por las constantes luchas de diversas facciones que buscaban dar cumplimiento a las demandas sociales que habían emergido durante el movimiento armado, esta labor fue emprendida con empeño por los Generales Gertrudis G. Sánchez y Alfredo Elizondo, quienes con sus políticas de gobierno favorecieron los intereses de las masas populares. En el terreno educativo destacó la promulgación de varias leyes tendientes a reorganizar el sistema de instrucción pública, y otras que dieron vida a algunos centros educativos dedicados a las mujeres. Tales fueron los casos de la Escuela Normal para profesoras instaurada en 1915 y, la Escuela Industrial para Señoritas en 1916. El desarrollo de la economía modificó paulatinamente la composición de la sociedad, con ello se reflejó una nueva visión sobre el papel que la mujer debería desempeñar dentro de las esferas públicas. La adaptación a esas nuevas etapas impulsó la participación de las mujeres en los medios de producción de la industria textil y comercial, y aunque su trabajo era poco remunerado, la ampliación en los servicios laborales permitió a la población femenina capacitarse dentro del sistema educativo pero en áreas que según el ambiente sociocultural estaban designadas según su género. Por lo que su desenvolvimiento en la administración pública y en los estudios del nivel profesional fue minoritario o incluso hasta nulo.
