The study of the Mexican eighteenth century has largely focused on the set of reforms elaborated and decreed by the Bourbon monarchs and their enlightened ministers for the American colonies. These reforms sought to change their status, subjecting them more closely to the needs of the crown, promoting the extraction of cash resources, as well as raw materials; this with the purpose of contributing to the return of Spain to the hegemonic role that it had held in the 16th and 17th centuries. The reforms therefore had to focus, in part, both on the transformation of the structure of the Royal Treasury, and on the training of new officials that would allow the crown to regain control of the different taxes. The culmination of this process, according to the plan designed by the minister of Fernando VI, José Campillo y Cossío, would be the establishment of the municipalities, in the manner in which they had been established in the Peninsula in 1717 and re-established in 1749. Regarding this establishment in New Spain, the study of the installation of the mayors has been privileged. On the other hand, little interest has been shown in conducting research on the Royal Funds, in terms of institutions with great administrative and economic importance. One of the reasons for this, it seems, is that within the system of administrations, the savings banks and their officials have been considered as tax auxiliaries of the intendant, an issue that ends up limiting enormously the importance of these within the map of the viceroyalty fiscal administration. . This importance is due to the aforementioned role imposed by the crown on the extraction of resources from the American colonies during the reform period of the Bourbon kings in the 18th century.
El estudio del siglo XVIII mexicano se ha centrado en buena medida en el conjunto de reformas elaboradas y decretadas por los monarcas borbones y sus ministros ilustrados para las colonias americanas. Dichas reformas buscaban cambiar el estatus de éstas, sujetándolas de una manera más cercana a las necesidades de la corona, promoviendo la extracción de recursos en metálico, así como de materias primas; esto con la finalidad de contribuir al retorno de España al papel hegemónico que había ostentado en el siglo XVI y XVII. Las reformas por tanto debían centrarse, en parte, tanto en la transformación de la estructura de la Real Hacienda, como en la formación de nuevos funcionarios que permitieran a la corona retomar el control de los distintos impuestos. El colofón de este proceso, según el plan diseñado por el ministro de Fernando VI, José Campillo y Cossío sería el establecimiento de las intendencias, de la manera en que se habían establecido en la Península en 1717 y reestablecido en 1749.En cuanto a este establecimiento en la Nueva España, se ha privilegiado el estudio de la instalación de los intendentes. En cambio se ha mostrado poco interés en realizar investigaciones que versen sobre las Cajas Reales, en cuanto a instituciones con una gran importancia administrativa y económica. Una de las razones de esto, parece ser, el que dentro del sistema de intendencias, las cajas y sus funcionarios han sido considerados como auxiliares fiscales del intendente, cuestión que, termina limitando enormemente la importancia de estos dentro del mapa de la administración fiscal virreinal. Dicha importancia se debe al ya mencionado papel impuesto por la corona a la extracción de recursos de las colonias americanas durante el periodo de reformas de los reyes borbones en el siglo XVIII.
