Throughout Mexican history, the agrarian question has been immersed in various historical processes, promoting a series of political, economic and social changes worthy of being studied in depth to clarify agrarian actions in the different regions of the country. This situation involves us in the analysis of one of the most significant periods in the history of Mexico, known as the Mexican Revolution that began on November 20, 1910; since said revolution expressed the constant disagreements and political, economic and social disagreements of the Porfirian government; primarily generated by inequality and poor distribution of land between social classes. During the dictatorship of General Porfirio Díaz, Mexico had achieved a momentary economic, political and social stability through various measures that allowed it to develop the main elements of wealth in the country, mainly with the generation of capital and foreign investment to reorganize finances, create more industries , exploitation of raw materials and install an extensive system of communications because of the railways, the telegraph and other innovations. At the time, this conciliatory and favoritism policy fostered order and progress for the country, but it also brought about serious social problems by forming a system, in which only some sectors of the population made up of aristocrats, landowners, merchants, miners, industrialists, bankers Mexicans and foreign investors; they obtained improvements and benefits before the incessant progress. Likewise, through various means, they secured the hoarding of large tracts of land previously taken from the indigenous communities, with a view to achieving broad control and regional power through the formation of huge estates under their position as landowners.
A lo largo de la historia mexicana, la cuestión agraria ha estado inmersa en diversos procesos históricos, propiciando una serie de cambios políticos, económicos y sociales dignos de ser estudiados a fondo para esclarecer el accionar agrario en las distintas regiones del país. Tal situación nos envuelve en el análisis de uno de los períodos mas significativos en la historia de México, conocido como la Revolución Mexicana iniciada el 20 de Noviembre de 1910; ya que dicha revolución expreso las constantes inconformidades y desacuerdos políticos, económicos y sociales del gobierno porfirista; primordialmente generados por la desigualdad y mala distribución de la tierra entre las clases sociales. Durante la dictadura del general Porfirio Díaz, México había alcanzado una momentánea estabilidad económica, política y social mediante varias medidas que le permitieron desarrollar los principales elementos de riqueza del país, principalmente con la generación de capital e inversión extranjera para reorganizar finanzas, crear más industrias, explotación de materias primas e instalar un amplio sistema de comunicaciones por cause de las vías férreas, el telégrafo y otras innovaciones. En su momento esta política conciliadora y favoritista propicio el orden y progreso para el país, pero también acarreo serios problemas sociales al conformar un sistema, en el cual solo algunos sectores de la población conformados por aristócratas, terratenientes, comerciantes, mineros, industriales, banqueros mexicanos e inversionistas extranjeros; obtuvieron mejoras y beneficios ante el incesante progreso. Así mismo mediante varios medios aseguraron el acaparamiento de grandes extensiones de tierras arrebatadas con anterioridad a las comunidades indígenas, con miras de lograr un amplio control y poderío regional a través de la formación de inmensos latifundios bajo su postura como hacendados
