The 19th century was characterized by several transformations "where a series of political and military conflicts occurred that revealed the various economic-political projects that the different sectors that made up Mexican society tried to impose."1 In this regard, we can mention the following: The exchanges of the war against the United States in 1847, a process that culminated when President Antonio López de Santa Anna signed the Treaties of Guadalupe on February 2, 1848, an agreement in which Mexico ceded to the counterparty the territories of Texas, New Mexico and Alta California, a portion that covered more than half of the national soil; This brought with it the discouragement of the population and the political imbalance. 2 This dismemberment of the territory created the conscience and the need of the Mexicans to establish a solid form of Government; The project was carried out by the liberals who, when they came to power, created a Federal Republic where they put into practice a series of reforms for the establishment of a new republican political model whose goals were the separation of Church and State, suppressing ecclesiastical privileges and military and the establishment of the civil registry.3 This unleashed an economic and social readjustment. One of the most important reforms for property in Mexico was the well-known "Lerdo Law" of June 25, 1856, which dictated the confiscation of rural and urban farms, owned by civil and religious corporations, with the purpose of putting merchandise into circulation. the enormous tracts of land, the nationalization of ecclesiastical property and the separation between the State and the Church. The liberals sought the economic and social transformation of the country through the application of a federal republican model.
El siglo XIX estuvo caracterizado por varias transformaciones “donde sobrevinieron una serie de contiendas políticas y militares que pusieron de manifiesto los diversos proyectos económico-políticos que trataron de imponer los diferentes sectores que conformaban la sociedad mexicana”.1 Al respecto podemos mencionar las siguientes: Las permutas de la guerra contra Estados Unidos en 1847, proceso que culminó cuando el presidente Antonio López de Santa Anna firma los Tratados de Guadalupe el 2 de febrero de 1848, acuerdo en el que México cedía a la contraparte los territorios de Texas, Nuevo México y Alta California, porción que abarcaba más de la mitad del suelo nacional; esto trajo consigo el desaliento de la población y el desequilibrio político. 2 Este desmembramiento del territorio creo la conciencia y la necesidad de los mexicanos para establecer una forma de Gobierno sólida; el proyecto fue realizado por los liberales que al llegar al poder crearon una República Federal donde pusieron en práctica una serie de reformas para la instauración de un nuevo modelo político republicano que tenía como metas la separación de la Iglesia y el Estado, suprimir los fueros eclesiásticos y militares y el establecimiento del registro civil.3 Esto desató un reajuste económico y social. Una de las reformas más importantes para la propiedad en México fue la conocida “Ley Lerdo” del 25 de junio de 1856, que dictó la desamortización de fincas rústicas y urbanas, propiedad de corporaciones civiles y religiosas, con el propósito de poner en circulación mercantil las enormes extensiones de tierras, la nacionalización de los bienes eclesiásticos y la separación entre el Estado y la Iglesia. Los liberales buscaron la transformación económica y social del país mediante la aplicación de un modelo republicano federal.