The political, economic and social instability of the first decades of the 19th century in Mexico (1821-1835), as an independent country, made it difficult to materialize a public education project, so much so that the matter of instruction was always latent; Proof of this were the proposals made by Pablo de la Llave and José María Luís Mora, who emphasized supporting public instruction as a means of incorporating certain sectors of society into the idea of Nation and State that was beginning to take shape. , based on the existence of defined groups: monarchists and republicans, conservatives or liberals, both agreeing on the need to transform education as a trait inherited from the colony. In this sense, José María Luís Mora stated: “…everyone talked about public education and expressed the best dispositions to promote it. This general propensity produced a positive good; the education of the masses does not improve, because the means to achieve it were not known, but it spread with astonishing speed and of which until then there had been no example”. A similar situation came to be in 1833, during the government of Antonio López Santa Anna, when the then Vice President of the Republic, Valentín Gómez Farías, proposed the creation of six medium and higher level establishments; I. Preparatory Studies. II. Theological Studies and Humanities, III. Physical and Mathematical Studies, IV. Medical Studies, V. Jurisprudential Studies, VI. Sacred Studies.
La inestabilidad política, económica y social de las primeras décadas del siglo XIX en México (1821-1835), como país independiente, dificultaron la materialización de un proyecto de educación pública, tanto que el asunto de la instrucción siempre estuvo latente; prueba de ello, fueron las propuestas realizadas por Pablo de la Llave y José María Luís Mora, quienes pusieron énfasis en apoyar la instrucción pública como un medio de incorporar a ciertos sectores de la sociedad a la idea de Nación y Estado que se comenzaban a configurar, a partir de la existencia de grupos definidos: monárquicos y republicanos, conservadores o liberales, coincidiendo ambos en la necesidad de transformar la instrucción como rasgo heredado de la colonia. En este sentido, José María Luís Mora sostuvo: “…todos hablaban de educación pública y manifestaban las mejores disposiciones para fomentarla. Esta propensión general produjo un bien positivo; la educación de las masas no mejora, porque no se sabían los medios para lograrlo, pero se difundió con una rapidez asombrosa y de la que hasta entonces no había ejemplo”. Situación similar vinó a ser en 1833, durante el gobierno de Antonio López de Santa Anna, cuando el entonces vicepresidente de la República Valentín Gómez Farías, propuso la creación de seis establecimientos de nivel medio y superior; I. Estudios Preparatorios. II. Estudios Teológicos y Humanidades, III. Estudios Físicos y Matemáticos, IV. Estudios Médicos, V. Estudios de Jurisprudencia, VI. Estudios Sagrados.
