That for the purpose of this work is identified as the region of Purépero-Tlazazalca, Michoacán, has been characterized since pre-Hispanic times as an important geographical corridor, which has served as a point of liaison between the strategic areas of Patzcuaro-Zacapu & Zamora-Jacona, whereby commercial and cultural exchanges have proceeded. It is likely that part of that space at some point has been endorheic basin. During the times of the Manor Purépecha became one of the taxes most representative areas providing agricultural and human resources to supply the main administrative centres located in the Lake Pátzcuaro basin. During the early colonial era the region object of our interest formed part of the border against the Chichimeca peoples who resisted the conquest and Spanish colonization. Towns such as Tlazazalca left many contingent of indigenous tarascan and Nahua that contributed to the pacification of the Center-North of the New Spain, and participated in the mining circuit of Guanajuato, Zacatecas and San Luis Potosí configuration. By transhumant livestock materialized a first stage of effective occupation of the soil. The modern agricultural landscape of this geographic space carved out gradually from the last third of the 16th century, with the assignment of mercedes of lands to Spanish colonists and indigenous towns. Tlazazalca faced systematic harassment of Europeans who wanted to become the best land, so frequently resorted to the composition mechanism sponsored by the Crown. While Purepero had its beginnings as one of stays granted to Spanish, but gradually came together in their environment an intense agricultural activity and movement of drovers that would lead him to become a congregation and then in people to the passage of time.
Lo que para efectos de este trabajo se identifica como la comarca de Purépero-Tlazazalca, Michoacán, se ha caracterizado desde los tiempos prehispánicos como un importante corredor geográfico, que ha servido de punto de enlace entre las estratégicas zonas de Pátzcuaro-Zacapu y Zamora-Jacona, por el que han discurrido intercambios de tipo mercantil y cultural. Es probable que parte de ese espacio en algún momento haya sido cuenca endorreica. Durante los tiempos del señorío purépecha se constituyó en una de las áreas tributarias más representativas aportando recursos humanos y agrícolas para abastecer los principales centros político-administrativos ubicados en la cuenca del lago de Pátzcuaro. Durante la temprana época colonial la comarca objeto de nuestro interés formó parte de la frontera frente a los pueblos chichimecas que se resistieron a la conquista y colonización española. De pueblos como Tlazazalca partieron muchos de los contingentes de indígenas tarascos y nahuas que coadyuvaron a la pacificación del centro-norte de la Nueva España, y participaron en la configuración del circuito minero de Guanajuato, Zacatecas y San Luis Potosí. A través de la ganadería trashumante se concretó una primera etapa de ocupación efectiva del suelo. El moderno paisaje agrario de este espacio geográfico se labró de manera gradual desde el último tercio del siglo XVI, con la asignación de mercedes de tierras a colonos españoles y pueblos de indios. Tlazazalca enfrentó el acoso sistemático de los europeos que pretendían hacerse de las mejores tierras, para lo cual recurrieron con frecuencia al mecanismo de Composición auspiciado por la Corona. En tanto que Purépero tuvo sus inicios como una más de las estancias otorgadas a españoles, pero de manera paulatina confluyeron en su entorno una intensa actividad agropecuaria y trasiego de arrieros que al paso del tiempo lo llevarían a constituirse en una congregación y luego en pueblo.