In the present investigation an analysis of the political cartoon takes place in Mexico in the nineteenth century, in the period 1861-1872, based on the enactment of the printing until the end of the administration of Benito Juárez García, since is in this period that had its greatest splendor, thanks to the right to speak freely established and so the press could develop as a confrontation of opinions. So that the illustrations served as an instrument of interpretation of political life, allowing understand reality, what the country was feeling, thinking and wanting; to see, read and discuss a cartoon appropriates the daily happenings that exists in the country, because through the author's vision is to bring out personalities, debates in Congress, influential phrases, internal conflicts matches , getting to be a double-edged sword that the same people who attacked institutions; causing laughter but also creating reactions of reflection and and analysis. In this period many newspapers, many of them low life, where liberals and conservatives tried to persuade the public of the benefits of their projects to come to power is also published. These publications were enriched by the work of great cartoonists such as: Constantino Escalante, Santiago Hernández, José María Villasana, Jesus T. Alamilla and Alejandro Casarín, among others; mostly liberal juaristas with acute critical and aesthetic portrayal of Juarez became critical.
En la presente investigación se realiza un análisis de la caricatura política en México en el siglo XIX, concretamente en el periodo de 1861 a 1872, partiendo de la promulgación de la Ley de imprenta hasta el fin de la administración de Benito Juárez García, ya que es en éste periodo cuando tuvo su mayor esplendor, gracias a que se estableció el derecho de expresarse libremente y así la prensa pudo desarrollarse como un espacio de confrontación de opiniones. De tal forma que las ilustraciones sirvieron como un instrumento de interpretación de la vida política, permitiendo entender la realidad, lo que el país estaba sintiendo, pensando y queriendo; al ver, leer y examinar una caricatura se apropia del acontecer diario que se vive en el país, porque a través de la visión del autor, se ponen en evidencia personalidades, debates en el Congreso, frases de personajes influyentes, conflictos internos de los partidos, llegando a ser un arma de doble filo que lo mismo atacaba a personas que a instituciones; provocando risa pero también creando reacciones de reflexión y análisis. En éste periodo también se editaron numerosos periódicos, muchos de ellos de escasa vida, donde liberales y conservadores quisieron persuadir a la opinión pública de las bondades de sus proyectos para llegar al poder. Estas publicaciones se enriquecieron con el trabajo de grandes caricaturistas como: Constantino Escalante, Santiago Hernández, José María Villasana, Jesús T. Alamilla y Alejandro Casarín, entre otros; en su mayoría liberales juaristas, con una crítica aguda y un retrato estético que se volvieron críticos de Juárez.