Traditionally it has been accepted that, for the bigger part of the nineteenth century, the constructive work on human settlements in the Mexican territory experienced a significant decline. What has been typified as a national "architectural lethargy" as a response -in good measure- to the difficult economic, political, military and social conditions that were brought about by the beginning of the War of Independence and that would last until 1876, the moment in which the arrival of Porfirio Diaz to the presidency of the country assured the beginning of a material recovery phase derived from the stability that prevailed in his totalitarian regime.
In this research it’s shown that these generalizations are wrong. Through the analysis of a specific context -the city of Morelia Valladolid, as the main urban environment of Michoacan territory- it is made clear that while the institutions faced difficulties to undertake a large-scale architectural program, development works were not abandoned. Especially when you consider that local authorities –grouped by the figure of the Ayuntamiento (city hall)- conducted emerging actions that made the operation of the city possible and, at the same time allowed the conservation of large structures built in the past, thus conferring new meaning to urban space. However, the approach to the historical period between 1810 and 1876 -which will be identified as the nineteenth stage of the crisis- shows that the inhabitants of the city were the real protagonists of the great architectural enterprise; in addition to presenting the name of each of the promoters of the material change, the moment in which each one was held is specified.
Tradicionalmente se ha aceptado que, durante la mayor parte del siglo XIX, la labor constructiva en los asentamientos humanos ubicados en el territorio mexicano experimentó un significativo descenso. Lo que se ha tipificado como el “letargo arquitectónico” nacional respondió –en buena medida- a las difíciles condiciones económicas, políticas, militares y sociales que se detonaron con el inicio de la Guerra de Independencia y que se prolongarían hasta 1876, cuando la llegada de Porfirio Díaz a la Presidencia del país garantizó el inicio de una fase de recuperación material. En la presente investigación se demuestra que esas generalizaciones resultan erróneas. A través del análisis de un contexto específico –la ciudad de Valladolid- Morelia- se deja claro que, si bien, las instituciones enfrentaron dificultades para emprender un programa arquitectónico a gran escala, el desarrollo de obras no se abandonó. Más cuando el Ayuntamiento realizó acciones emergentes que permitieron el funcionamiento de la ciudad y, al mismo tiempo, posibilitaron la conservación de las grandes estructuras levantadas en el pasado, al tiempo de conferir una nueva significación al espacio urbano. Sin embargo, el acercamiento al periodo histórico que transcurre entre 1810 y 1876 –la fase decimonónica de la crisis- muestra que los habitantes de la ciudad fueron los protagonistas de la gran empresa arquitectónica; además de presentarse el nombre de cada uno de los promotores del cambio material, se especifica el momento en que se realizó cada uno de ellos.