The santanista dictatorship in Michoacán, 1853-1855, is about the last government of Antonio López de Santa Anna who governed under a dictatorship. Ayutla's revolution arose as a result of the dissatisfaction of a large sector of society in Guerrero, where military and caciques like Juan Álvarez created the Ayutla Plan, whose objectives were to ignore the government of Santa Anna and call a new political order. This revolution had great scope and was found in Michoacán and its men, the necessary force to undermine and depose all the military authorities in the towns and villages of the entity. In those years of the mid-nineteenth century, a situation of renewal of government structures was intensely lived, where the Mexican liberal class seeks through reforms, weaken and subtract power from the institutions of the old regime, such as the church and the army mainly, whose privileges and privileges run the risk of being overwhelmed by the strength of the liberal ideology. In Michoacán, the impetus to maintain sovereignty emerged again and the revolution of Ayutla was the opportunity that men like Epitacio Huerta and Santos Degollado had, as well as the objectives of the revolution in Michoacán, in order to achieve the goal of contributing to the eradication of the dictatorship, since it only exerted more economic pressure towards the population, vigilance over the people they considered suspicious, and exile. Michoacán had, then, an important performance in the revolution of Ayutla so that the men of the reform, returned from their destiny and continue with the process of liberating the country from what they create a stagnant way of exercising power before the lights and the progress of other nations.
La dictadura santanista en Michoacán, 1853-1855, trata sobre el último gobierno de Antonio López de Santa Anna quien gobernó bajo una dictadura. La revolución de Ayutla surgió a raíz de la inconformidad de un gran sector de la sociedad de Guerrero, donde militares y caciques como Juan Álvarez, crearon el Plan de Ayutla, cuyos objetivos eran desconocer al gobierno de Santa Anna y convocar a un nuevo orden político. Dicha revolución tuvo gran alcance y encontró en Michoacán y sus hombres, la fuerza necesaria para socavar y deponer a todas las autoridades militares en los pueblos y villas de la entidad. En esos años de mitad del siglo XIX, se vivía álgidamente una situación de renovación de las estructuras del gobierno, donde la clase liberal mexicana buscaba a través de las reformas, debilitar y restar poder a las Instituciones del antiguo régimen, como la iglesia y el ejército principalmente, cuyos fueros y privilegios corrían el riesgo de ser avasallados ante la pujanza de la ideología liberal. En Michoacán surgía nuevamente el ímpetu por mantener la soberanía y la revolución de Ayutla fue la oportunidad que tuvieron hombres como Epitacio Huerta y Santos Degollado, -como jefes de la revolución en Michoacán- para así lograr el objetivo de contribuir a la erradicación de la dictadura, ya que sólo ejercía más presión económica hacia la población, vigilancia sobre la gente que consideraban sospechosa, destierros y un sistema de leva que lastimaba a los más pobres. Michoacán tuvo pues, una actuación importante en la revolución de Ayutla para que los hombres de la reforma, volvieran de su destierro y continuaran con el proceso de liberar al país de lo que ellos creían una forma anquilosada de ejercer el poder ante las luces y el progreso de otras naciones.
