During the Porfiriato, there was a constant intervention of the Mexican State in the life of their fellow citizens, seeking to define certain patterns of life, socially desirable. This interference was partly from the legislative level, and prostitutes were one of the main sectors under surveillance. In his case, it was a form of control through the development of regulations on prostitution, which were established in various states of the Republic; in a concrete way, the regulation issued in the city of Morelia of 1897-1923 was the instrument by which the government defined, recognized, monitored and controlled their prostitutes. The regulation was born from the need to submit the pupils of Morelia, with the purpose of preventing the spread of venereal infections, delimiting their spaces and hours of action, recognizing their members and avoiding public scandals. To carry it out, the local government implemented specialized offices to specify the intentions of the regulation. For their part, the prostitutes sought to evade the provisions of the regulations, since many of their articles contravened their interests, mainly, as regards the collection of taxes and spatial delimitations in the city. The regulation of Market remained in force until the year of 1923, in which a new one that tried to correct the errors and deficiencies of the first was announced. In that period, the sex trade exercise was determined by the premise of Porfirian "peace, order and progress" first, and by the political, social and economic swings of the Revolution, afterwards.
Durante el Porfiriato, hubo una constante intervención del Estado mexicano en la vida de sus conciudadanos, buscando definir ciertos patrones de vida, socialmente deseables. Dicha intromisión se dio en parte desde el plano legislativo, y las prostitutas fueron uno de los principales sectores objeto de vigilancia. En su caso, se trató de una forma de control mediante el desarrollo de reglamentos sobre prostitución, que se establecieron en diversos estados de la República; de forma concreta, el reglamento emitido en la ciudad de Morelia de 1897-1923 fue el instrumento por el cual el gobierno delimitó, reconoció, vigiló y controló a sus prostitutas. El reglamento nació de la necesidad de someter a las pupilas de Morelia, con el propósito de evitar la propagación de infecciones venéreas, delimitar sus espacios y horas de actuación, reconociendo a sus integrantes y evitando escándalos públicos. Para llevarlo a cabo, el gobierno local implementó oficinas especializadas que concretaran las intenciones del reglamento. Por su parte, las prostitutas buscaron evadir las disposiciones de la normativa, ya que muchos de sus artículos contravenían sus intereses, principalmente, lo que respecta al cobro de impuestos y las delimitaciones espaciales en la ciudad. El reglamento de Mercado permaneció vigente hasta el año de 1923, en que se dio a conocer un nuevo que pretendió corregir los errores y deficiencias del primero. En ese lapso, el ejercicio comercio sexual estuvo determinado por la premisa de “paz, orden y progreso” porfiriana primero, y por los vaivenes políticos, sociales y económicos de la Revolución, después.
