The present work is an experimental investigation to take advantage of the forest wood waste that is generated in the community of San Francisco Pichátaro in the state of Michoacán, Mexico, this waste was densified to produce processed solid biofuels, specifically briquettes. The physical-energetic properties of the residual wood biomass and the briquettes produced were also evaluated. The use of this processed biofuel is focused on satisfying low power heat generation needs in the residential and commercial sector. For laboratory analyzes, two types of waste (sawdust and shavings) were used, of which quality parameters and their technical-economic viability were determined. In addition to the manufacture of briquettes, they were also evaluated in end-use devices measuring the parameters of energy performance and emissions (CO, CO2, Methane and PM2.5). The evaluations contemplate water boiling and cooking tests. It is concluded that the briquette as a solid biofuel is an alternative for the generation of heat, diminishing the impacts to the environment and with a potential to generate local markets.
El presente trabajo es una investigación experimental para aprovechar el residuo maderable forestal que se genera en la comunidad de San Francisco Pichátaro en el estado de Michoacán, México, estos residuos se densificaron para producir biocombustibles sólidos procesados, específicamente briquetas. También se evaluaron las propiedades físicas-energéticas de la biomasa residual maderable y de las briquetas producidas. El uso de este biocombustible procesado está enfocado para satisfacer necesidades de generación de calor de baja potencia en el sector residencial y comercial. Para los análisis en laboratorio se utilizaron dos tipos de residuos (aserrín y viruta), de los cuales se determinaron parámetros de calidad y su viabilidad técno-economica. Adicionalmente a la fabricación de briquetas, también se evaluaron en dispositivos de uso final midiendo los parámetros de desempeño energético y emisiones (CO, CO2, Metano y PM2.5). Las evaluaciones contemplan pruebas de ebullición de agua y de cocinado. Se concluye que la briqueta como biocombustible sólido es una alternativa para la generación de calor, disminuyendo los impactos al ambiente y con un potencial de generar mercados locales.