Spain in the Age of Enlightenment was characterized by the rise of the dynasty Bourbons to the throne, this fact guided the course to follow in the remaining years of his power and control the extension of his kingdom in America. A different way to manage territorial and economically was defined; although from the start of administration Bourbon were felt the enlightened ideas of their leaders, most arrangements made for the New Spain crystallized until the second half of century XVIII. In Guanajuato Bajio in the eighteenth century considerable levels reached in the economy; the work of mining and the consequent large agricultural production they earned him distinction as the "Granary of the New Spain". During this century, economic growth showed clear signs within the configuration process human settlements in this portion of the territory and guanajuatense Congregation of Irapuato was no exception. In 1786 through the publication of the Ordinances of Intendentes place he was given to the reorganization of the territory of New Spain into 17 administrative units called intendencias. A part of the territory covered by the Bishopric of Michoacan was separate call Intendencia of Guanajuato with head in the city of the same name was made up of five mayoralties: San Miguel el Grande, San Luis de la Paz, Villa de Leon, Township of Salvatierra and Santa Fe de Guanajuato. This administrative formation of the Municipality of Guanajuato gave consistency to the interrelation of the three most dynamic activities in the region, mining, agriculture and industry, linking with this geographically unequal but complementary regions. Some human settlements Bajio in the eighteenth century shared countless climatic characteristics, water resources, prehispanic history, demography and culture, especially those settled on the banks of the Lerma River.
España en el Siglo de las Luces estuvo caracterizada por la ascensión de la dinastía borbónica al trono, este hecho orientó el curso a seguir en los años restantes de su poder y control en la extensión de su reino en América. Una manera distinta de administrar territorial y económicamente fue definida; aunque desde el inicio de la administración borbónica se dejaron sentir las ideas ilustradas de sus gobernantes, la mayoría de las disposiciones tomadas para la Nueva España se cristalizaron hasta la segunda mitad del siglo XVIII. En el Bajío guanajuatense durante el siglo XVIII se alcanzaron niveles considerables en la economía; los trabajos de la explotación minera y la consecuente gran producción agrícola le valieron su distinción como “Granero de la Nueva España”. Durante este siglo, el crecimiento económico mostró señales claras dentro del proceso de configuración de los asentamientos humanos ubicados en esta porción del territorio guanajuatense y la Congregación de Irapuato no fue la excepción. En 1786 mediante la publicación de las Ordenanzas de Intendentes se dio cabida a la reorganización del territorio de la Nueva España en 17 unidades administrativas llamadas intendencias. Una parte del territorio comprendido por el Obispado de Michoacán fue separada, la llamada Intendencia de Guanajuato con cabecera en la ciudad del mismo nombre estuvo conformada por cinco Alcaldías: San Miguel el Grande, San Luís de la Paz, Villa de León, Corregimiento de Salvatierra y Santa Fe de Guanajuato. Esta conformación administrativa de la Intendencia de Guanajuato dio consistencia a la interrelación de las tres actividades más dinámicas de la región, la minería, la agricultura y la industria, vinculando con ello regiones geográficamente desiguales pero complementarias. Algunos asentamientos humanos del Bajío durante el siglo XVIII compartían un sinnúmero de características climáticas, recursos acuíferos, antecedentes prehispánicos, demografía y cultura, sobre todo los asentados en las riberas del río Lerma.
