The research presented includes a systematic analysis of the archaeological sites associated with the Teuchitlán tradition that extended over a large territory including the present day Mexican states of Jalisco, Colima, Nayarit, Zacatecas and Guanajuato. These sites are characterized by a concentric circular pattern in ceremonial buildings unique in ancient Mexico, (perhaps even in the world) dating from the late Formative Period (300 B.C - 200 A.D) and early Classic (200-400 A.D.). The study is based on the apprehension and perception of the spatial qualities of the spaces during field work carried out in the region as well as on the analysis of sketches and schemes from archaeological work applying concepts from the perspective of the discipline of architecture. This work allowed for the explanation of the spatial concretion as a clear manifestation of the natural, technological, ideological and social systems particular to the Teuchitlán tradition. Through this research the presence of complex societies in the ancient Western Mesoamerica was verified, contrary to what has often been postulated. At the same time these complex societies were identified with monumental architecture in design and symbolic terms, with a spatial order related to inspiration in a model of the cosmos, and by a tendency to a north-south orientation as well as by a cluster organization of the different circular complexes all of which suggest features such as specialization, social hierarchies, the legitimization of a stable central political power based on religion that in turn suggest the possible presence of an incipient State. This work enriches studies on societies in ancient Mexico by way of a contemporary vision that considers space the reflection of social processes in order to promote the values and preservation of these sites.
El trabajo aquí expuesto, contiene un análisis sistemático de la arquitectura presente en los sitios de la tradición Teuchitlán, extendida ésta en un amplio territorio, abarcando los actuales estados de Jalisco, Colima, Nayarit, Zacatecas y Guanajuato, los cuales se caracterizan por el desarrollo de un patrón circular concéntrico en los edificios ceremoniales, único en el México antiguo, incluso tal vez en el mundo, durante el Formativo Tardío (300 a.C. – 200 d.C.) y principios del Clásico Temprano (200 – 400 d.C.). Se basa en una lectura del espacio mediante el recorrido de dichos sitios, así como en un análisis de croquis, aporte éstos últimos del trabajo arqueológico, desde la disciplina de la arquitectura. De esta manera, fue posible la explicación de la concreción espacial, como una clara manifestación de un sistema natural, tecnológico, ideológico y social propios. Se verificó, contrario a lo que en ocasiones se ha postulado, la presencia de sociedades complejas en el antiguo Occidente, identificándose una arquitectura monumental en términos del diseño y simbolismo, un orden espacial otorgado por la inspiración en un modelo del cosmos, y por una tendencia a la orientación norte sur, así como por una organización en forma agrupada de los diferentes conjuntos circulares, sugiriendo rasgos como la especialización, las jerarquías sociales, la legitimación de un poder político central estable basada en la religión, entre otros, señal posiblemente de la presencia de un estado incipiente. Así, se logró enriquecer al conocimiento de las sociedades del México antiguo, mediante una visión contemporánea que concibe al espacio como reflejo de los procesos sociales, buscando la valoración de la arquitectura, y con ello su Conservación.