The construction of sixteenth-century New Spain architecture in Tzitzuntzan evidently involves the use of material and human resources, which enabled its materialization. But constructive work as a work on materials, in order to attain the qualification of these, should have required knowledge of practical geometry, better known as fabrorum, made by construction trades using ruler and compass. It is for this reason that the main objective of this research is centered in the study of the strategies realized for the obtaining of the form, that we determine like constructive trait. Now, the geometrical aspect of which we speak, we take it to the limit of the constructive reason, that is to say, it is product of the constructive that here, we classify it like a way to explain the volumetric forms generated by the materials, that possibly had to be ignored By the craftsman. Practical or flat geometry as recognized by some authors, developed elementary principles that as strategies or gadgets enabled the drawing of the necessary stroke to establish the proportions, dimensions and placement of materials. For example, we can mention the subdivision of the square and the obtaining of the perpendicular; Strategies possibly carried out with the compass or with auxiliary means such as the string or cintrel, to trace the intersection of equal circumferences, matching some point. Methods that had been used for the verification of the form in construction, and that had to be known by Wilars de Honecort in century XIII and recognized in century XVI, by the treaty of Juan de Arfe and Villafañe, which testify of some way The existence of a constructive tradition, which, possibly, through labor, had to be transferred to New Spain.
La construcción de la arquitectura novohispana del siglo XVI en Tzitzuntzan, evidentemente, supone la utilización de recursos materiales y humanos, que posibilitaron su materialización. Pero el hacer constructivo como trabajo sobre los materiales, para lograr el habilitado de estos, debió haber requerido conocimiento de geometría práctica, mejor conocida como fabrorum, realizada por los oficios de construcción utilizando la regla y el compás. Es por ello, que el principal objetivo de esta investigación se centra en el estudio de las estrategias realizadas para la obtención de la forma, que determinamos como trazo constructivo. Ahora bien, el aspecto geométrico del que hablamos, lo llevamos al límite de la razón constructiva, es decir, es producto de lo constructivo que aquí, lo clasificamos como una manera de explicar las formas volumétricas generadas por los materiales, que posiblemente debieron ser ignorados por el artífice. La geometría práctica o plana como la reconocen algunos autores, desarrolló principios elementales que como estrategias o artilugios posibilitaron la obtención del trazo necesario para establecer las proporciones, dimensiones y colocación de los materiales. Por ejemplo, podemos mencionar la subdivisión del cuadrado y la obtención de la perpendicular; estrategias realizadas posiblemente con el compás o con medios auxiliares como la cuerda o cintrel, para trazar la intersección de circunferencias iguales, haciendo coincidir algún punto. Métodos que habían sido utilizados para la comprobación de la forma en construcción, y que debieron ser conocidos por Wilars de Honecort en el siglo XIII y reconocidos en el siglo XVI, por el tratado de Juan de Arfe y Villafañe, lo que testifica de alguna manera la existencia una tradición constructiva, que posiblemente, a través de la mano de obra debió ser trasladada a la Nueva España.
