Since a few years now in Mexico and Latin America, as well in some other latitudes, there has been a resurgence of Feminism as a social movement, as a result of the violence that in these places women are subjected. This new Feminist wave is fighting, as their predecessors, the old habit from the media to insult and despise the movement. In the Mexican scene, the media across conglomerates had been using the same tactics to delegitimize the feminist movement in their coverage of recent demonstrations, creating discourses in which women are described as violent and aggressive and the movement as inconsequential and apolitical, removing his legitimacy. This research aims to analyze 36 videos of Mexican media coverage, in which through discourse analysis the ways the media condemns these feminist demonstrations are revealed. This research seeks to analyze these practices as a way to unveil this renewed, constant and perpetual tendency in the Mexican media, which places our journalism as a declared enemy of the contemporary feminist movement in Mexico.
Desde hace ya algunos años en México y Latinoamérica, así como en otras latitudes, ha resurgido el feminismo como movimiento social a raíz de la violencia que en esos territorios viven las mujeres. Esta nueva ola del feminismo está luchando contra, de igual manera que sus antecesoras, el añejo hábito de los medios de comunicación de denostar y golpear al movimiento. En el caso mexicano, los medios de comunicación de un abanico de empresas han utilizado las mismas estrategias para deslegitimar al movimiento en sus coberturas de las manifestaciones feministas recientes, creando discursos en los que las mujeres son definidas como violentas, agresivas y al movimiento como intrascendente y apolítico, quitándole toda legitimidad. Esta investigación propone realizar con un corpus de 36 noticias en formato video, un análisis del discurso con el que se detecten las formas en las que los medios de comunicación condenan al movimiento de las mujeres. Con dicho análisis se busca comprobar la deslegitimación y desgranar las distintas estrategias discursivas que los medios de comunicación utilizan durante sus coberturas mediáticas, para así revelar una tendencia renovada, constante y perpetua que posiciona al periodismo de nuestro país como enemigo declarado del movimiento feminista contemporáneo.
