Starting in 1970, as a result of the consolidation of the Tepalcatepec Commission, promoted by Lázaro Cárdenas del Río, the region began to experience a process of “modernization”. Apatzingán served as an important commercial center, where due to industrial development, an urban lifestyle spread, displacing the rural. With industrial development, mass media began to arrive, which transformed the region's music industry. Now a production was sought in musical products according to the canons of the globalizing system, the cause of several modernization projects that were carried out in different regions of Latin America. Now these cultural products put aside the issues of the sound aesthetics of traditional music, to adhere to the purposes of the cultural industries, within a globalized market, in this sense, the dynamics of production, circulation and consumption became media. Globalization has been considered as a model of domination towards subordinate groups, and these in turn have been seen as an unprotected group and incapable of going against the system; however, subordinates have generated counter-hegemonic mechanisms. In this way, there is a dialogue between popular musical expressions and the cultural industry. Said process of diversification of taste promoted by globalization and the new forms of music circulation did not cause the disappearance but rather the redefinition of regional music associated with tradition, discovering new identities and a subculture of Terracalenteña.
A partir de 1970 a raíz de la consolidación de la Comisión del Tepalcatepec, impulsada por Lázaro Cárdenas del Río, la región comienza a vivir un proceso de “modernización''. Apatzingán fungió como un importante centro comercial, donde a causa del desarrollo industrial, se propagó un estilo de vida urbano, desplazando lo rural. Con el desarrollo industrial, comenzaron a llegar medios de comunicación masivos, que transformaron la industria musical de la región. Ahora se buscaba una producción en los productos musicales de acuerdo a los cánones del sistema globalizador, causante de varios proyectos de modernización que se realizaron en diferentes regiones de América Latina. Ahora estos productos culturales dejaban de lado las cuestiones de la estética sonora de la música tradicional, para adherirse a los fines de las industrias culturales, dentro de un mercado globalizado, en ese sentido, las dinámicas de producción, circulación y consumo se volvieron mediáticas. La globalización ha sido considerada como un modelo de dominación hacia los grupos subalternos, y éstos a su vez se les ha visto como un grupo desprotegido e incapaz de ir en contra del sistema, sin embargo, los grupos subalternos han generado mecanismos contrahegemónicos. De esta manera existe un diálogo entre las expresiones musicales populares y la industria cultural. Dicho proceso de diversificación del gusto promovido por la globalización y las nuevas formas de circulación de música, no motivaron la desaparición sino la resignificación de las músicas regionales asociadas a la tradición, generando nuevas identidades y una subcultura terracalenteña.
