Spanish culture played an important part in colonial history, but after 1824, it became crucial during the so-called war of independence and nearly defined Mexican nationalism. This was because, as David Brading mentioned, early Mexican nationalism embraced the themes and symbols of Creole patriotism, which had begun to develop at the end of the 16th century, such as enmity and contempt toward all things Spanish. The New Spain insurgency created a political speech during the independence war that served as a justification. One of its main axes was an adverse view of Spain's colonial past along with European Spaniards, though there were certain situations where the story took on interesting nuances. As is apparent through those periods in the history of the Mexican country, the discourse and image of Spain and the Spanish assumed important relevance. The premise of the current analysis is that this image and discourse took on a political and cultural dimension in a nationalist context starting in 1810, the year the war of independence broke out. The initial stage of the conflict concluded shortly before diplomatic ties were established, as we assume this fact and earlier negotiations helped to defuse the conflicts with the mother country. Since the process of building the nation involved reinventing the political and cultural borders of the new nation, so the Spanish presence had to be relocated, we assume that the fantasies about Spain that were created in the country over these years played a significant role in the process of nation-building. This was particularly true in the formation of the Mexican identity.
España y lo español fueron temas muy importantes durante la época colonial, pero se volvieron fundamentales durante la llamada guerra de independencia y casi definitorios después de 1824, pues como afirmó David Brading, el temprano nacionalismo mexicano heredó los temas y los símbolos del patriotismo criollo que empezaron a crearse desde fines del siglo XVI, tales como la antipatía y el resentimiento hacia lo español. Durante la guerra de independencia, la insurgencia novohispana construyó un discurso político justificativo que tuvo como uno de sus ejes principales una visión sobre el pasado colonial, sobre España y sobre los españoles europeos, que estuvo marcada por una caracterización en general negativa, aunque en ciertos momentos cobraba matices interesantes. Como puede observarse, la imagen y el discurso sobre España y los españoles en estos años de gestación de la nación mexicana cobraron un papel altamente relevante. El presente análisis partió así de la idea de que esa imagen y ese discurso empezaron a cobrar una dimensión política y cultural en clave nacionalista a partir de 1810 en que dio inicio la guerra de independencia, en una primera fase que se cerró justo en el año en que se establecieron las relaciones diplomáticas puesto que ese hecho y las negociaciones previas, presumimos, ayudaron a distender los conflictos con la madre patria. Fueron tan importantes los imaginarios sobre España construidos en el país en estos años, que asumimos que se constituyeron en una pieza clave del proceso de construcción de la nación, en particular en la formación de una identidad de lo mexicano, puesto que ese proceso implicó una redefinición de las fronteras políticas y culturales del nuevo país en la que había que recolocar la presencia española.