Los trastornos afectivos en el anciano deben ser considerados como el resultado de conjunción de factores heterogéneos, que actúan en el terreno personal del paciente por tanto la etiología resulta ser biopsicosocial, es decir factores biológicos que modifican la neurotransmisión cerebral, predisponiendo la aparición de la depresión en edades adultas, otros son los cambios psicosociales, acentuados en edades más avanzadas como las pérdidas personales, el aislamiento, la soledad y la inestabilidad económica a partir de la jubilación.
Los trastornos afectivos en el anciano deben ser considerados como el resultado de conjunción de factores heterogéneos, que actúan en el terreno personal del paciente por tanto la etiología resulta ser biopsicosocial, es decir factores biológicos que modifican la neurotransmisión cerebral, predisponiendo la aparición de la depresión en edades adultas, otros son los cambios psicosociales, acentuados en edades más avanzadas como las pérdidas personales, el aislamiento, la soledad y la inestabilidad económica a partir de la jubilación.