The first half of the nineteenth century was for Mexico a period of trial and transformation; The country experienced more than three distinct forms of government over a period of no more than forty years. From Independence and until the middle of that century, there was an Empire (May 18, 1822-March 19, 1823), a First Federal Republic (1824-1835), a Central Republic (1835-1846) and a Second Federal Republic (1846-1853), followed by a preconstitutional and constitutional regime from 1853 to 1863. In Michoacan, only between 1821 and 1855 were 40 governors, 29 of them during the federal regimes and eleven during the central ones. The State had a life of turmoil in political activity, as did several States of the country. The changing politics was a consequence of two streams that plagued the first half of the nineteenth century and are commonly known as Liberalism and Conservatism. These two currents sought to consolidate power: on the one hand Federalism, as the political project elaborated under the law that the provinces represented in establishing themselves under their own laws, with two closely related concepts: unity and national sovereignty; Against Centralism, which sought to satisfy the needs of the proprietors of the Church by preserving in the center the authority of the capital over the provinces, also as a principle of unity. These same political discussions that infiltrated all sectors of the population kept Michoacán from 1824 to 1835 in armed confrontations that arose in the south of the state and with a climate of electoral protests that accentuated the political crisis in the Inside the State, situations similar to those that happened in the rest of the country.
La primera mitad del siglo XIX fue para México un periodo de ensayo y transformación; el país experimentó más de tres formas distintas de gobierno en un periodo no mayor de cuarenta años. A partir de la Independencia y hasta la mitad de esa centuria, se tuvo un Imperio (mayo 18 de 1822-marzo 19 de 1823), una Primera República Federal (1824-1835), una República Central (1835-1846) y una Segunda República Federal (1846-1853), seguida de un régimen preconstitucional y constitucional de 1853 a 1863. En Michoacán, tan sólo entre 1821 y 1855 se tuvieron 40 gobernadores, 29 de ellos durante los regímenes federales y once durante los centrales, por lo que el Estado tuvo una vida convulsa en la actividad política, al igual que varios Estados del país. La cambiante política fue consecuencia de dos corrientes que plagaron la primera mitad del siglo XIX y que comúnmente son conocidas como Liberalismo y Conservadurismo. Estas dos corrientes pugnaron por consolidar el poder: por un lado el Federalismo, como el proyecto político elaborado bajo el derecho que representaron las provincias en constituirse bajo sus propias leyes, con dos conceptos íntimamente vinculados: unidad y soberanía nacional; en contra del Centralismo, que buscaba satisfacer las necesidades de los propietarios de la Iglesia conservando en el centro la autoridad de la capital sobre las provincias, también como principio de unidad. Estas mismas discusiones políticas que se infiltraron en todos los sectores de la población, mantuvieron a Michoacán durante 1824 a 1835 en enfrentamientos armados que se suscitaron al sur de la entidad y con un clima de protestas en el plano electoral que acentuaban la crisis política en el interior del Estado, situaciones parecidas a las que sucedían en el resto del país.
