During the last quarter of the eighteenth century New Spain had consolidated political, social, economic and cultural hegemony over other American countries, thanks to the paradigms of European illustration and, in particular, to the liberal philosophy of the French. The English, of the Americans and without a doubt, perhaps the most important to the Spanish heritage, that by the beginning of the nineteenth century, as Manuel Chust points out, "the peninsula had begun, the so-called War of Independence" that paradoxically contributed To the conformation of nationalities in the rest of the American colonies and the Caribbean. The aspirations of the new Hispanics to free government were based on the concepts that emerged during the Spanish crisis, such as freedom and nationhood. The first is understood as that of equal individuals under the same law, and the second as a homogeneous entity or set of individuals associated by a social pact, where neither the bodies nor the particular statutes fit. 3 In this sense, the nation at the beginning of the nineteenth century was composed of individuals-citizens, fundamental laws and a Constitution seen as the founding pact of a new society.
Durante el último cuarto del siglo XVIII, Nueva España había consolidado una hegemonía política, social, económica y cultural respecto de los demás países americanos, ello gracias a los paradigmas de la ilustración europea y de manera particular a la filosofía liberal de los franceses, de los ingleses, de los norteamericanos y sin lugar a dudas, tal vez la más importante a la herencia española, que para principios del siglo XIX , como lo señala Manuel Chust, “la península había iniciado, la denominada Guerra de Independencia” que paradójicamente coadyuvó a la conformación de nacionalidades en el resto de las colonias americanas y el Caribe. Las aspiraciones de los novohispanos al gobierno libre estuvieron fundamentadas en los conceptos surgidos durante la crisis española, como fue el de libertad y nación. El primero entendido como el de individuos iguales bajo una misma ley, y el segundo como un ente homogéneo o conjunto de los individuos asociados por un pacto social, donde no caben ni los cuerpos, ni los estatutos particulares. 3 En este sentido, la nación a principios del siglo XIX, estuvo compuesta de individuos-ciudadanos, de leyes fundamentales y de una Constitución vista como el pacto fundador de una nueva sociedad.