The arrival of the liberal groups to power in the second half of the nineteenth century limited the social and economic presence of the Catholic clergy and unleashed one of the most enduring church-state conflicts in the history of Mexico . The struggle between the two institutions focused on three main points: the struggle for material goods, the dispute over control of the minds of the people and the complaint by the political power of the nation. By applying the Reform Laws and later the Constitution of 1857 , the Liberals managed to play down political and social power to the ecclesiastical hierarchy was always backed by vast industry mobilized faithful, who saw these reforms a substantial change that would disrupt the moral and religious principles and thus to the traditional society would . With the arrival of General Porfirio Diaz to the presidency and the implementation of a conciliatory policy , the Church managed apparent calm inserted as the new president ceased to apply to literally some of the laws that affected immediately varied and sometimes came to tolerate religious activities that were made publicly.
El arribo de los grupos liberales al poder en la segunda mitad del siglo XIX limitó la presencia social y económica del clero católico y desató uno de los conflictos más perdurables entre Estado-Iglesia en la historia de México. La pugna entre ambas instituciones se centraba en tres puntos fundamentales: la lucha por los bienes materiales, la disputa por el control de las mentes del pueblo y la querella por el poder político de la Nación. Mediante la aplicación de las Leyes de Reforma y posteriormente la Constitución de 1857, los liberales lograron restarle poder político y social a la jerarquía eclesiástica que siempre estuvo respaldada por un vasto sector de fieles movilizados, que veían en dichas reformas un cambio sustancial que trastocaría los principios morales y religiosos y por el ende se tendría el fin de la sociedad tradicional. Con la llegada del general Porfirio Díaz a la presidencia del país y la aplicación de una política conciliatoria, la Iglesia logró insertarse una aparente calma ya que el nuevo mandatario dejó de aplicar al pie de la letra algunas de las leyes que la afectaban de manera inmediata y en variadas ocasiones se llegaron a tolerar las actividades religiosas que se hacían públicamente.
