Popular education in Latin America fell into disuse once the expressions of the left identified with Marxism abandoned the idea of transforming the world. The social movements then multiplied to what are now called New Social Movements (NSMs) and despite the debate that surrounds them, it is recognized that their goal is to live with capitalism but with respect for their territory, sexual preferences, their position against violence of gender, etc. And while the struggle that these expressions undertake is valuable, it is true that changing the system is no longer part of their discourse. At the dawn of the 21st century, the economic crisis in both Argentina and Mexico worsened, immediately the promise of progress achieved by our nations disappeared and on the horizon we saw poverty, exclusion, insecurity and the same problems that have always afflicted the region in Latin America. The model of educational privatization caused many young people to abandon their studies for not being able to settle them, and many could not even aspire to education, being part of the Federal Reserve Army. In the poorest neighborhoods of the city of Buenos Aires, neighborhood experiences began to take shape, in which the center was the popular baccalaureates whose function was to serve young people and adults who had been excluded from the national education systems. In Mexico, along with the uprising of the EZLN, in the indigenous regions of the state of Guerrero was born UNISUR, whose objective was to provide education to the indigenous and also to Afro-Mexicans. This is how popular education acquired new strength among popular movements and although they are far from talking about the revolution, criticism of the capitalist system already permeates its pedagogical programs.
La educación popular en América Latina, cayó en desudo una vez que las expresiones de izquierda identificadas con el marxismo abandonaron la idea de transformar el mundo. Los movimientos sociales entonces se multiplicaron a los que se les denomina Nuevos Movimientos Sociales y a pesar del debate que hay en torno a ellos, se reconoce que su objetivo es convivir con el capitalismo, pero con el respeto a su territorio, preferencias sexuales, contra la violencia de género, etc. Y si bien, resulta valiosa la lucha que emprenden estas expresiones, cambiar el sistema ya no es parte del discurso de estos NMS. En los albores del siglo XXI, la crisis económica tanto en Argentina como en México se agudizó, de inmediato se esfumo la promesa del progreso que alcanzarían nuestras naciones y en el horizonte se asomó la pobreza, exclusión, inseguridad y lo mismos problemas que siempre han aquejado a la región en Latinoamérica. El modelo de la privatización educativa, provocó que muchos jóvenes abandonaran sus estudios por no poder solventarnos y muchos ni siquiera podían aspirar a la educación, formando parte del ejército federal de reserva. En los barrios más pobres de la ciudad de Buenos Aires, empezaron a configurarse experiencias de tipo barriales, en las que el centro eran los bachilleratos populares cuya función era atender a los jóvenes y adultos que habían sido excluidos de los sistemas nacionales de educación. En México, a la par del levantamiento del EZLN, en las regiones indígenas del estado de Guerrero nacía la UNISUR, cuyo objetivo era brindar educación a los indígenas y también a los afromexicanos. Es así como la educación popular adquirió nuevos bríos entre los movimientos populares y aunque lejos están de hablar de la revolución, la crítica al sistema capitalista ya impregna sus programas pedagógicos.
