The earthquakes have been a constant in the Mexican soil due to the fact that the country is in a highly seismic zone, even there had pre-Hispanic records of ancient cultures who had specific terms to refer to them, in case of the mexicas, they calling them tlalollin or movement of land, the earthquake that nowadays remember more vividly was on September 19, 1985, nevertheless the historical records show us that it is neither the only one nor the last one in Mexico, which this quake I teach us is that the Mexican are not prepared to confront a disaster detonated by these phenomena.Therefore, it becomes necessary to strengthen the culture of prevention, across the historical memory which, though in many occasions it is ignored by mass media, authorities and, particularly, by plans and programs of education, is kept present in what we do in a daily way, being by means of this commonness that the companies adapt and achieve to face the difficulties across his history. Due to the previous, we elaborate an offer in which the young people involve in the knowledge of the natural threats and of the processes of disaster, which can originate for the same ones. These processes are shaped by the social, economic, political conditions, ideological, and environmental, present before and after originating the natural phenomenon that provoked the disaster.
Los sismos han sido una constante en el suelo mexicano debido a que el país se encuentra en una zona altamente sísmica, incluso se tienen registros prehispánicos de culturas antiguas quienes tenían términos específicos para referirse a ellos, en el caso de los mexicas les llamaban tlalollin o movimiento de tierra, el terremoto que actualmente recordamos más vivamente es el del 19 de septiembre de 1985, sin embargo los registros históricos nos muestran que no es el único ni el último en México, lo que este temblor nos enseño es que la sociedad mexicana no se encuentra preparada para afrontar un desastre detonado por estos fenómenos. Por lo tanto se hace necesario fortalecer la cultura de prevención, a través de la memoria histórica la cual, aunque en muchas ocasiones es ignorada por medios de comunicación, autoridades y, particularmente, por planes y programas de educación, se mantiene presente en lo que hacemos de manera cotidiana, siendo por medio de esta cotidianidad que las sociedades se adaptan y logran enfrentarse a las dificultades a través de su historia. Debido a lo anterior elaboramos una propuesta por medio de la cual los jóvenes se involucren en el conocimiento tanto de las amenazas naturales como de los procesos de desastre que pueden desencadenarse por las mismas, estos últimos están conformados por las condiciones sociales, económicas, políticas.
