The first observations of spiral bacteria in the stomach are not recent. Already in 1881, Rappin observed in the stomach of dogs and early twentieth century, Krienitz those described in the stomach of patients with gastric cancer. Although some authors suggested their involvement in gastric inflammation as did Steer in 1975, the fact they failed to cultivate it meant that I could not spend more than an unprovable hypothesis. Today we know that infection with Helicobacter pylori is the most common chronic bacterial disease in the world. It affects at least 50% of the world population, with a related to the degree of economic development of each country distribution. However, most persons infected with H. pylori recognizable experience no signs or symptoms of the disease. In most children, the presence of H. pylori does not lead to clinically apparent disease, even when the organism colonizes the gastric mucosa which causes chronic active gastritis. There is convincing evidence that this organism is associated with a significant proportion of duodenal ulcer and, to a lesser extent, gastric ulcers in children. There is epidemiological evidence linking chronic H. pylori infected, probably from childhood, with the development of gastric adenocarcinoma and gastric lymphoma. There are many studies describing the prevalence of H. pylori infection. Most epidemiological studies of H. pylori have been conducted in adults who had been infected for many years before clinical symptoms appear. The incidence of Helicobacter pylori in industrialized countries is estimated at approximately 0.5% of the population susceptible to year.
Las primeras observaciones de bacterias espirales en el estómago no son recientes. Ya en el año 1881, Rappin las observó en el estómago de los perros y a comienzos del siglo XX, Krienitz las describió en el estómago de pacientes con cáncer gástrico. A pesar de que algunos autores sugirieron su implicación en la inflamación gástrica como hizo Steer en 1975, el hecho de que no lograran cultivarla implicaba que no podía pasar más que de una hipótesis no demostrable. Hoy sabemos que la infección por Helicobacter Pylori es la enfermedad bacteriana crónica más extendida del mundo. Afecta al menos el 50% de la población mundial, con una distribución vinculada con el grado de desarrollo económico de cada país. Sin embargo, la mayoría de las personas infectadas con H. pylori no experimentan signos o síntomas reconocibles de la enfermedad. En la mayoría de los niños, la presencia de H. pylori no conduce a enfermedad clínicamente aparente, aún cuando el organismo que coloniza la mucosa gástrica provoca la gastritis crónica activa. Hay pruebas convincentes de que este organismo es asociado con una proporción significativa de úlcera duodenal y, en menor medida, con las úlceras gástricas en los niños. Hay datos epidemiológicos que relacionan la cronicidad con infección por H. pylori, probablemente a partir de la infancia, con el desarrollo de adenocarcinoma gástrico y linfoma gástrico. Hay muchos estudios que describen la prevalencia de la infección por H. pylori. La mayoría de los estudios epidemiológicos de H. pylori se han realizado en adultos que habían sido infectados durante muchos años antes de que los síntomas clínicos aparecieran. La incidencia de Helicobacter pylori en los países industrializados se calcula en aproximadamente 0.5% de la población susceptible al año.