The Cienega of Chapala is a region located on Michoacán, characterized for to develop a remarkable agricultural activity, have important water bodies like a Lerma River, Duero River and a part of Chapala Lake, with which irrigate almost 50 thousand hectares, giving origin to 024 Irrigation District. During the first years of XX century, this place was stage of one of the most important public work developed of the Porfiriato, which consisted in the desiccation of extensive areas, with the final purpose to incorporate liberated lands of floods for agriculture and convert Chapala Lake on reservoir. With the start of the Works, a hundred of agriculture workers arrived for employ as labor, by the finish a lot of them getting back to their birthplace, other ones stayed for living on nearby towns and inside of Briseñas, Buenavista and Cumuato Farms, starting the first migrant wave to this zone. One decade later, the arrival and departure of people were more constant, originating a second migrant wave, but this phenomenon took shape and was consolidated thanks some factors, that were attractive for farmers originative from Jalisco, Guanajuato and other municipalities of Michoacán, they established in drained land and lived in new places like Cumuatillo, El Fortín, Cuatro Esquinas, La Calagua and Las Palancas. However, the element that regularized the settlement were the application of the agrarian reform, as with the social property, was and adjustment in land tenure, increasingly the communities were adhering to it. For 1935 the new shantytowns they had managed to reach the provision, converting sharecropper in communal lands holder, giving origin to definitive establishment of the communities and their population.
La Ciénega de Chapala es una región ubicada en Michoacán, caracterizada por desarrollar una notable actividad agrícola, aloja importantes cuerpos de agua como los ríos Lerma, Duero y parte del lago de Chapala, con los cuales se irrigan casi 50 mil hectáreas, dando origen al Distrito de Riego 024. Durante los primeros años del siglo XX, fue escenario de una de las obras públicas más importantes desarrolladas en el Porfiriato, la cual consistió en la desecación de una extensa zona, con el fin de incorporar las tierras liberadas de inundaciones a la agricultura y convertir el lago de Chapala en un embalse. Con la puesta en marcha de los trabajos, cientos de jornaleros agrícolas arribaron para ocuparse como mano de obra; al concluir muchos de ellos regresaron a su lugar de origen, otros más se quedaron a vivir en los pueblos vecinos y dentro de las haciendas de Briseñas, Buenavista y Cumuato, dando inicio a una primera oleada de migrantes hacía esta zona. Una década después, la llegada y la salida de personas a la ciénega fue más constante, originando una segunda oleada, pero este fenómeno tomó forma y se consolidó gracias a varios factores, que resultaron atrayentes para campesinos procedentes de Jalisco, Guanajuato y de otros municipios de Michoacán, que se establecieron en los terrenos desaguados y habitaron nuevos parajes como Cumuatillo, El Fortín, Cuatro Esquinas, La Calagua y Las Palancas. Sin embargo, el elemento que formalizó el poblamiento fue la aplicación de la reforma agraria, ya que, con la aparición de la propiedad social, hubo un ajuste en la tenencia de la tierra, cada vez más comunidades se iban adhiriendo a ella. Para 1935 las nuevas rancherías habían logrado alcanzar la dotación, convirtiendo al aparcero en ejidatario, dando origen al establecimiento definitivo de las comunidades y sus habitantes.