Unfair competition in commerce, after many practices - including monopolies - has always been tolerated, in Mexico, as a strategy of selling the competitor to win the vote of the client. However, it was possible to construct a mercantile system - of the individual model - that allowed the competitors to settle differences before the judicial authority, when their interests were harmed. In the name of free trade, the economic policy of the Mexican State incursed in globalization, neoliberalism and, thus, allowed large commercial organizations to enter to compete. Since then, these groups have implemented aggressive and deceptive sales strategies, to the detriment of small established businesses. For its part, the mercantile system of competition was reformed and fragmented, fostering the formation of an obsolete discipline, dispersed and devoid of force. They precede all these facts, constitutional principles, legal and doctrinal principles to establish a law that protects the competitor merchant, of the abuses that they are object. Nowadays, there are statistical elements that attest to the deterioration in the small trade sector, as a result of the change in economic policy. There is a social claim. The State, has the means to build a law against unfair competition. It is necessary, homologate the discipline of competition with that of the countries with which we sign treaties.
La competencia desleal en el comercio, a través de diversas prácticas --entre ellas las monopólicas- siempre se ha tolerado, en México, como estrategia de venta del competidor para conquistar el voto del cliente. No obstante, se logró construir un sistema mercantil –del modelo individual- que permitió a los competidores dirimir diferencias ante la autoridad judicial, cuando se lastimaban sus intereses. A nombre del libre comercio, la política económica del Estado Mexicano incursionó a la globalización, al neoliberalismo y, con ello, se permitió el ingreso a grandes organizaciones comerciales para competir. Desde entonces, estos grupos han implementado estrategias de venta, agresivas y engañosas, en detrimento del pequeño comercio establecido. Por su parte, el sistema mercantil de competencia fue reformado y fragmentado, propiciando la formación de una disciplina obsoleta, dispersa y desprovista de fuerza. Anteceden a todos estos hechos, principios constitucionales, legales y doctrinales para fundamentar una ley que tutele al competidor comerciante, de los abusos de que son objeto. Hoy en día, existen elementos estadísticos que dan fe del deterioro en el que vive el sector del pequeño comercio, a raíz del cambio en la política económica. Existe reclamo social. El Estado, cuenta con los medios para construir una Ley en contra de la competencia desleal. Es preciso, homologar la disciplina de la competencia con la de los países con los que firmamos tratados.
