We are currently evolving from an analog world that day by day yields to a digital world, and in response to this, attempts have been made to go from government institutions that present physical assistance to virtualize these services, automating them and making them available to citizens on electronic platforms, what has been called technological services, as part of a digital or electronic government. Before the government virtualized its processes, they were designed for an analog era, that is, manual processes with a high use of paper that delay communication and relationship with citizens, also generating a delay in the public servants that produce and provide these services, since it is better to make the most of the use of data and technologies, this means transforming the structure of how government works. So, we have that it is not about publishing a form or transaction on a website to establish an interaction with citizens and public entities, rather it implies transforming the process to eliminate that need for interaction and instead, dependencies must establish a new relationship with the citizen, this is called digital government. In that order of ideas and transferring it to a fiscal sphere, it follows that if the payment of taxes means a sacrifice, the legislator must make his whole comfortable, taking into account that this principle results in a greater collection and, therefore, decreases evasion by taxpayers.
Actualmente estamos evolucionando de un mundo analógico que día a día cede a un mundo digital, y como respuesta a ello se ha intentado pasar de instituciones gubernamentales que presentan asistencia física a virtualizar estos servicios, automatizándolos y poniéndolos a disposición de la ciudadanía en plataformas electrónicas, lo que se ha denominado servicios tecnológicos, como parte de un gobierno digital o electrónico. El gobierno antes de virtualizar sus procesos fueron diseñados para una era analógica, es decir procesos manuales con alto uso de papel que dilata la comunicación y relación con la ciudadanía, generando también un retraso en los servidores públicos que producen y brindan estos servicios, ya que es mejor aprovechar al máximo el uso de datos y tecnologías, esto significa transformar la estructura de cómo funciona el gobierno. Entonces tenemos que no se trata de publicar en un sitio web un formulario o transacción para establecer una interacción con los ciudadanos y las entidades públicas, más bien implica transformar el proceso para eliminar esa necesidad de interacción y en lugar de ello, las dependencias deben establecer una nueva relación con el ciudadano, a esto se le denomina gobierno digital. En ese orden de ideas y trasladándolo a un ámbito fiscal, se colige que, si el pago de impuestos significa un sacrificio, el legislador debe hacer cómodo su entero, tomando en consideración que este principio da como resultado una mayor recaudación y, por tanto, disminuye la evasión por parte de los contribuyentes.